Con ocasión de la celebración de una asamblea previa a los Juegos paralímpicos del 2004 tuve que pasar unos días en Atenas.
El segundo día, después de la preceptiva visita por la ciudad y una rica cena, algunos de los miembros de las comitivas nos quedamos a departir en el bar del hotel. Cuando ya nos recogimos, y no era pronto, cada cual se iba bajando del ascensor cuando éste se paraba en su planta. Al llegar la quinta, fui el único que se bajó y, aunque no faltó gente que se ofreciera a acompañarme hasta la puerta de mi habitación, yo me hice el gallito y me bajé solo. Anduve, según lo que recordaba por un pasillo, giré a la derecha y conté una buena decena de puertas hasta que llegué a la que creía que era la mía. Metí la tarjeta pero no escuché como se abría. La giré 180 grados y tampoco. Luego, le di media vuelta en el otro sentido, nada! Otra vez 180 grados… Y vuelta a empezar. Tras haber probado un par de veces todas las posiciones deduje que estaba intentando entrar en la habitación de otros clientes! Pero, me había pasado o me había quedado corto contando puertas? Probé con todo sigilo, y con todas las posiciones de la tarjeta, en la anterior y en la posterior sin éxito. Media horita con el ritual de las 4 posiciones de la tarjeta probando de puerta en puerta con la duda que resonaba en mi mente: "saldrá alguien a romperme la cara?", "estaré intentando entrar en la habitación de la mujer de mi vida?" "Será esta cerradura el pie que busco para mi zapato de Cristal?" y bueno, cada vez que oía a alguien por el pasillo (no muy a menudo, por cierto) salía corriendo a ver si era posible que me echaran una mano. Pero llegaba siempre tarde!
Eso sin contar los que salían despavoridos al ver a un tío , con una camiseta del comité paralímpico que le llegaba casi hasta las rodillas y con un perro diciendo con su lenguaje corporal: "que no, que no es por aquí" corriendo hacia ellos… "please, please!" Al fin encontré los ascensores, por supuesto con los botones táctiles, sin relieve, y mucho menos aún con braille. recorrí varias plantas sacando la cabeza para escuchar el eco y saber así si estaba realmente en la recepción. al fin ese eco, esa señal, esa voz de un tío que casi me mata del susto! "I have got lost" le dije yo cuando recobré el aliento. y él me contestó algo así como: "Cualo?" (pero en inglés) Dioooos! muy pasadas las 3 de la mañana, Atenas, perdido, el Capitán Morgan con Coca-Cola y su chorrito de limón navegando por mi cabeza, perdido, decía, sin más compañía que la de un perro guía despechado porque no le estaba haciendo caso y el que viene a ayudarme… no habla inglés! Y bueno, quién fue el listo que dijo que nuestro idioma tiene parte de sus raíces en el griego? qué pasa, que era sordo? Era un iletrado? Estuvo alguna vez perdido vagando por los pasillos de un hotel en Atenas? El caso, poneos en mi lugar, háblale por señas a un tipo sin saber siquiera si está mirando hacia donde haces las señas para decirle: "Estoy perdido. Mi habitación es la 520”. Dónde habrán quedado esos llaveros que no cabían en el bolsillo ni nada, pero que tenían el número de la habitación muy clarito? y bueno, finalmente nos entendemos. Subimos en el ascensor con un tenso, y forzoso, silencio. Llegamos a la habitación, mete la tarjeta y… No funciona. "Era eso!”, exclamé. “No me había perdido!”
Al que tampoco se puede dar por perdido es a este pan de ayer que he utilizado para hacer este Pan perdido a las setas con foie Gras.
Pan perdido de setas con foie gras.
Pain perdu, pan perdido en francés, es el nombre que se le da a las torrijas en Francia. Vamos a hacer unas torrijas con sabor a setas sobre las que pondremos una loncha de foie gras de pato.
Ingredientes:
Medio litro de leche.
200 g. de setas congeladas.
3 huevos
12 rebanadas de pan de torrijas o del día anterior
200 g. de foie gras de pato crudo o micuit
Harina para enharinar el foie
Sal y pimienta.
Sal maldon
Calentar la leche descongelando las setas dentro. Cuando llegue a ebullición, apagar y dejar infusionar 10 a 15 minutos.
Batir con la batidora hasta que las setas estén totalmente trituradas.
Empapar las rebanadas de pan con la leche de setas 30 minutos hasta que queden bien empapadas.
Pasar las rebanadas por el huevo batido y luego por una sartén antiadherente con una fina capa de aceite por las dos caras.
Se puede poner el foie micuit o a la plancha cortado en 12 porciones de un cm de espesor.
Si es a la plancha, calentar una sartén a fuego vivo, enharinar los trozos del foie crudo y bien frío y hacerlo en la sartén 30 segundos por cada lado.
Servir las rebanadas con un trozo de foie gras salpicado con copos de sal maldon.
Me encanta la receta y que vuelvan los llaveros gigantes ,esas tarjetas que te hacen volver a recepción 2 de cada tres veces …buff.
Qué cosas te pasan… «Cuando todo aquello que es posible ha sido eliminado, lo que quede, por muy improbable que parezca, es la verdad».
Estupenda combinación de ingrediantes! 🙂
¡¡¡Qué buena pinta!!! Lástima que sea tan «light»…
Bueno, pero no es para todos los días!
!Qué bueno¡ Además, probé a mezclar las setas con unos trozos de manzana (solo media manzana) y está de muerte. Esta si que me ha gustado….Más, más
Que rico y que facil.La historia del hotel es genial. Tenenemos que hacer un party Sainz este verano en Muñogalindo.Besos Falival
Hola Cristian! Soy Marta! Nos conocimos ayer! Ya estoy en Atocha esperando el ave para volver a barcelona…es muy pronto, pero ahora mismo, para desayunar, me comería un poco de pan perdido de este tan rico que propones! Enhorabuena por tu blog! Lo seguiré de cerca! Un beso
Madre mía! Vaya horarios! Gracias por tu visita y felicitación. Prometo devolver visita por tus dominios 🙂